Puedes escuchar aqui, las últimas novedades del caso, en la entrevista realziada por Pedro García Recover, a Jose María Granados, padre de la alumna .
Maria del Mar Granados, es una joven almeriense de 27 años, que en 1999 inició sus estudios de enfermería en la universidad de Almería. A día de hoy, la alumna no ha podido finalizar la carrera, y esta situación no se debe a ser una mala estudiante o pasar más tiempo en la cafetería que en clase, esta demora, es debida entre otras causas, a la falta de adaptaciones que Granados necesita para asistir a clase y realizar sus prácticas de forma óptima. La alumna convive con una discapacidad auditiva, y desde 1999 lucha por cumplir su objetivo, finalizar su carrera y trabajar como enfermera, tal y como lo hacen otros compañeros de profesión que también tienen la misma discapacidad y ejercen en distintos centros hospitalarios de nuestro país.
Empatizo con el caso de Maria del Mar, al vivir en algunos momentos de mi vida aspectos similares a los suyos. La falta de comprensión, la ignorancia de algunos docentes, el no querer adaptarme los exámenes aunque solo hiciera falta ampliar una fotocopia para poder verlo, y cuando uno inicia la búsqueda de empleo y realiza entrevistas de trabajo, pasa un filtro, otro filtro y llegas a conocer finalmente cual es mi puesto de trabajo y cuando parece que todo está listo para comenzar a dialogar sobre el contrato y se menciona la discapacidad, ves con ojos de búho, como a la otra parte le cambia el rostro y comienzan a surgir los problemas hasta que finalmente, tras pasar todas las entrevistas y ser tu el candidato el más capaz para el puesto, me doy cuenta de que la discapacidad pesa tanto para la otra parte que al final el puesto deja de ser para mi, tras mil justificaciones.
A la vista está que no todos somos iguales, que seamos jóvenes, con ganas de prepararnos, de formarnos y esforzarnos por aquello en lo que creemos, una vez más, vemos como ciertos elementos externos de esta sociedad, truncan nuestras expectativas.
En una época como esta en la que valores como el esfuerzo, el tesón o la constancia están en precario, bajo mi punto de vista, debemos dar la oportunidad para hacer, mientras tanto dar solución al problema que pueda surgir, por tanto, no creo que sea positivo limitar, es decir, no dejar salir a la calle a nuestros hijos para que no se caigan en el parque. No es aceptable limitar la formación de un chico ciego en magisterio, porque puede haber alguien que diga donde va un ciego a dar clase si no ve la pizarra. Seguramente que hay medios para paliar esta situación, por ello,es aconsejable que el desconocimiento propio no nos limite, ya que como consecuencia nuestra decisión limitará a terceros.
En nuestra sociedad, muchos son los jóvenes que estudian una carrera y la vida les pone en senderos que puede que no tengan relación alguna con lo que estudiaron. Otros en cambio, tienen el objetivo claro y buscan su empleo en aquello que decidieron estudiar. Ambos casos son muy respetables, por eso me es difícil comprender como hay personas convencidas de que una persona con una determinada discapacidad no puede cursar unos determinados estudios. Ante este caso, me vienen a la cabeza muchas preguntas, ¿donde están las nuevas tecnologías?, y preguntarme también por la aplicación de avances en la domótica en casos como el que nos ocupa.
Y finalizo con una reflexión, que ejemplo se está dando a otros jóvenes que con una discapacidad quieren realizar estudios superiores o acceder con normalidad a un puesto de trabajo cualificado.
Por desgracia, Granados, está viviendo una realidad lamentable.
Afortunadamente hay profesores que empatizan y se adaptan a nuevas situaciones. Mientras, otros jóvenes continúan con esfuerzo sus estudios, evitando las piedras que se ponen en el camino para poco a poco, lograr objetivos marcados.
El paso que Maria del Mar da es muy importante para remover mentalidades y crea un precedente muy importante para otros chicos y chicas con discapacidad con ganas de formarse y logar unos objetivos para su futuro.
Este es el video que TVE1 emitió sobre la resolución del TJSA en la edición nocturna del día 1 de Marzo
Yo tambien estudio en la ual. Tengo una hernia discal en L5-S1 que me provoca ciatica en la pierna izquierda (diagnosticada hace un mes pero con ciatica desde hace 1año y ocho meses) y en el primer cuatrimestre de este curso alcanzo su punto mas grave, y este fue cuando tras meses de dolor constante me empezo a fallar la pierna, apenas podia caminar ni doblar bien la rodilla. Pero lo peor era el momento de subir al autobus para ir a la universidad (no podia pagarme un taxi), cuando llegaba a mi parada en el zapillo iba lleno de gente,y nunca habia asiento, aparte del peligro al que se nos expone a los estudiantes cada dia, al ir de pie en un vehiculo, para mi era mucho mas dificil ya que cuando más me dolía la pierna era cuando estaba de pie sin moverme, más de 30 segundos era extremadamente doloroso por lo que el trayecto entero para mí se conviertió en un infierno, además me fallaba el equilibrio constantemente en las curvas y siempre estaba pisando a la gente. Una vez llegaba a la universidad, me daba cuenta de que las entradas de los aularios no son de un suelo liso, sino que son de piedras grandes e irregulares, un pequeño detalle del que nadie nos damos cuenta hasta que el paso por esas piedras se te hace muy dificil. Si a mí se me hizo dificil, no quiero pensar como se lo haría a alguien que vaya en silla de ruedas...
ResponderEliminarConclusión de todo esto: tuve que dejar de ir a las clases en el primer cuatrimestre (gracias a Dios mi pierna mejoró bastante en el segundo cuatrimestre y mi horrible dolor y dificultad para caminar se conviertió en una simple molestia en la pierna), debido a no ir a clase entre estas fechas me es imposible aprobar ahora en septiembre dos asignaturas concretas cada una de 9 creditos (por lo que me quedo sin beca). Aunque eso ya no es lo mas importante, lo más importante es la rabia e impotencia que senti al tener que dejar de ir a las clases por culpa de un pésimo servicio de transporte urbano, al ver que a los estudiantes en almeria se nos trata como a un rebaño. Un día (aunque espero que no sea así) nos llevaremos un susto y vendrán los madres mías, pero el caso es que los estudiantes de almeria no podemos gozar de un servicio de autobus seguro y cómodo para ir y volver de nuestro lugar de estudios.
Y como final de este comentario, preguntarnos ¿cómo sería para un alumno que usará una silla de ruedas el coger el autobús para ir a la universidad?
No es suficiente que la ual acceda a habilitar una clase para un alumno concreto con una discapacidad, no. Toda la ual debe de adaptar sus instalaciones para personas con discapacidades, y no solo la ual, Almería también debe hacerlo.