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01 mayo, 2010

1 de Mayo, DIA DEL TRABAJO.


Déjame que te cuente algo, sin duda, en este sábado día 1 de Mayo, muchos son los discursos, documentos y proclamas que se van a transmitir desde numerosas manifestaciones y diversos foros.


Hoy 1 de Mayo, de 2010, las personas con discapacidad seguimos siendo invisibles. Invisibles para los empresarios y del mismo modo para los datos estadísticos del INEM u oficinas de empleo de las distintas comunidades autónomas, ya que este servicio está descentralizado.


Jóvenes muy formados que conviven con una discapacidad y que ya sea por ignorancia, falta de información o propios prejuicios de empresarios/as, en las selecciones de personal, los chicos y chicas con discapacidad no pasan los filtros y no llegan a ser contratados para puestos que requieren cualificación siendo éstos individuos capacitados y preparados, de igual manera que aquellos otros que no conviven con una discapacidad.


Cuando hablo de ignorancia por falta del sector empresarial, no se trata de un abuso por mi parte, al emplear este término, me refiero a eso mismo, la gran falta de información que la gran empresa y pymes tienen, a pesar de que los documentos e información está cada día más a mano. Importantes y considerables subvenciones, rebajas en seguros sociales, también para la adaptación al puesto de trabajo, en fin, desde las autonomías y estado, existen numerosas iniciativas para incentivar la inclusión laboral.


Desde los últimos veinte años el perfil de la persona con discapacidad ha cambiado, olvidemos esa imagen de la silla de ruedas en casa, de la falta de espectativas, del proteccionismo familiar, etc. En estos últimos años, las aulas curso a curso, están integradas en un porcentaje cada vez mayor por alumnos con discapacidad. Personas conscientes de que su formación y cualificación es necesaria y continúan este proceso hasta llegar a un ciclo formativo, carrera universitaria, master o doctorados.


Esta es la realidad del siglo XXI, del año 2010 en el que nos encontramos, en el que mientras se cursa por ejemplo una carrera, el alumno convive con otros compañeros, realizará prácticas en empresas, al igual que el resto de sus compañeros y comenzará a sentir la inquietud de buscar un trabajo y desarrollar sus conocimientos, sorprendentemente, también igual que aquellos otros compañeros sin discapacidad. Las expectativas de ambos son las mismas y por tanto las necesidades igualmente coinciden, así que la esencia, por tanto es la misma, con discapacidad o sin ella, hablamos de gente muy formada que busca un trabajo para desarrollarse, independizarse, etc.


Al no aparecer en datos estadísticos estatales, desconocemos esta información, tan solo tenemos una idea por aportaciones ofrecidas por asociaciones, centros de empleo y poco más. Quizá, si hubiera un compromiso real por parte de la administración y agentes sociales, la apuesta estaría en marcha y en camino para su consolidación, actualmente, la apuesta no es firme, ni esta en camino de consolidarse.


Es sabido por todos, que el momento social y empresarial no es bueno, y por eso dejo aquí y finalizo este documento con un aviso a navegantes. Lideres empresariales, directivos de empresas, responsables de recursos humanos, en estos momentos de recortes, sería positivo que conozcan los importantes beneficios que aporta a su empresa la capacidad y cualificación de jóvenes con ciertas limitaciones. Un valor añadido que permitirá incentivar el empleo, incluir en su plantilla a personas con discapacidad formadas para desarrollar una determinada actividad y su empresa contará con diversos beneficios que permitirán abrir nuevos caminos y horizontes para esta nueva realidad que tiene ante sus ojos.


Pedro García Recover.

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