EL PREMIO A PABLO PINEDA ES UNA PRUEBA DE LA CRECIENTE NORMALIZACIÓN DE LA DISCAPACIDAD, SEGÚN EL CERMI
CERMI.ES
Para el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI), la concesión de la Concha de Plata al Mejor Actor en el Festival de Cine de San Sebastián a Pablo Pineda, por su actuación en la película “Yo, también”, es una prueba de que la discapacidad va dejando de suponer trabas y obstáculos al desarrollo completo de las personas, en cualquier ámbito de la vida, y de que se está avanzando socialmente en la aceptación natural de la diversidad humana.
Pablo Pineda ha recibido este relevante premio no por ser una persona con discapacidad, sino por haber realizado un trabajo de interpretación que el jurado ha considerado como excelente.
En otros momentos de nuestra historia, incluso muy recientes, el que presentara una discapacidad hubiera impedido seguramente alcanzar este galardón, pero la aceptación normalizada de la diferencia se ha impuesto, y la discapacidad deja de ser así una desventaja objetiva.
EL CERMI recibe con satisfacción este premio a un actor que como tal ha llevado a cabo una gran interpretación, y que ha encontrado en el arte un modo de expresión de todas sus potencialidades como persona.
Sin las trabas del entorno, que en relación con la imagen social de la discapacidad se manifiestan en prejuicios, estereotipos e ideas recibidas, las personas con discapacidad, como ha demostrado Pablo Pineda, pueden aportar todo el talento y la creatividad que llevan consigo.
Para el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI), la concesión de la Concha de Plata al Mejor Actor en el Festival de Cine de San Sebastián a Pablo Pineda, por su actuación en la película “Yo, también”, es una prueba de que la discapacidad va dejando de suponer trabas y obstáculos al desarrollo completo de las personas, en cualquier ámbito de la vida, y de que se está avanzando socialmente en la aceptación natural de la diversidad humana.
Pablo Pineda ha recibido este relevante premio no por ser una persona con discapacidad, sino por haber realizado un trabajo de interpretación que el jurado ha considerado como excelente.
En otros momentos de nuestra historia, incluso muy recientes, el que presentara una discapacidad hubiera impedido seguramente alcanzar este galardón, pero la aceptación normalizada de la diferencia se ha impuesto, y la discapacidad deja de ser así una desventaja objetiva.
EL CERMI recibe con satisfacción este premio a un actor que como tal ha llevado a cabo una gran interpretación, y que ha encontrado en el arte un modo de expresión de todas sus potencialidades como persona.
Sin las trabas del entorno, que en relación con la imagen social de la discapacidad se manifiestan en prejuicios, estereotipos e ideas recibidas, las personas con discapacidad, como ha demostrado Pablo Pineda, pueden aportar todo el talento y la creatividad que llevan consigo.
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